¿Qué es la Unidad? por el Dr. Wayne W. Dyer


Cuando tratamos de aislar cualquier cosa, nos encontramos con que es de alguna manera parte de todo lo demás en el universo. Al igual que es absurdo que una sola ola se vea como algo separado de la costa, lo es para cualquiera de nosotros no reconocer nuestra Unidad con lo que conocemos como Infinito.
La unidad es difícil de comprender adecuadamente porque estamos inmersos en un mundo de cosas que parecen externas a nosotros.
La primera línea del Tao Te Ching sugiere que el Tao que puede ser nombrado no es el Tao eterno. En otras palabras, tan pronto como se le nombra, se ha perdido, porque hemos creado una dicotomía. Unidad significa exactamente eso: uno solo. En el instante en que etiquetamos o damos nombre a algo, pasa a ser algo aparte,-ya no es la unidad de la unidad.
El lugar de donde venimos carece de dicotomías, a diferencia de nuestro mundo material, que es dependiente de los pares de opuestos. En este mundo, sin un concepto de arriba, no puede haber abajo. Sin una idea de la muerte, no hay vida. El polo norte de un imán no puede existir sin el polo sur. No hay masculino, sin femenino, correcto sin incorrecto.
Pensamos en dicotomías, y nos identificamos a  base de opuestos. Sabemos lo que nos gusta, lo que sabe bien, lo que se siente bien, y así sucesivamente, por nuestra experiencia con lo que no nos gusta.
La idea de la unidad es casi imposible de entender, porque vivimos en este mundo de contrastes, y el contraste requiere más de un elemento. Así que aquí estamos, continuamente en nuestro mundo de dualidad. ¿Cómo podemos entender la idea de unidad en el mundo del no-ser que ocupábamos antes de venir al estado de ser? Una forma podría ser pensar en los dedos, las piernas, los brazos, los pies y los ojos: no pensar en ellos como entidades separadas de nuestro ser total. No nos referimos a nuestros dedos como algo separado de nosotros mismos. A pesar de que tienen sus cualidades y carácter,  son parte de la unidad a la que nos referimos como: nosotros mismos. Lo mismo ocurre con nuestra relación con la Fuente o Dios antes de venir a este mundo, en ese mundo, nosotros y Dios somos Uno.
Unidad…significa desechar toda idea de separación de cualquier cosa y cualquier persona. Podemos contactar  la unidad a través de la parte de nosotros que sabe del silencio, donde no hay nombres ni cosas. Allí, podemos comenzar a sentir nuestra conexión con todo el mundo,  la tierra,  el universo, y en última instancia el gran Tao. La Unidad se hace accesible en ese gran poder, que actúa sin hacer, que mantiene todo el Universo en orden, y genera formas de la nada.
Si imaginamos que somos libres de todas las etiquetas, todas las separaciones y todos los juicios acerca de este mundo y la vida que lo habita, podemos comenzar a entender la Unicidad. Se trata de simplemente ser. Podemos imaginar la fuente del ser como una energía que es tan disponible para nosotros como lo es el cielo. No sentimos ira hacia alguien o algo, porque todos y todo es Espíritu. Este Espíritu es Dios, nuestra fuente de bienestar. Somos lo que es y es lo que somos.
 Si nos relajamos en el silencio de donde venimos, descubrimos el sentido de la vida, siendo capaces de volver a la unidad y la nada cuando aún estamos en la forma material, sin tener que salir de nuestro cuerpo en el ritual de la muerte. Cuanto más nos acercamos a la experiencia de nuestra naturaleza original, más paz y propósito fluyen  a través nuestro.
Traducido por Tahíta de la Web "Heal your life"

Comentarios

  1. siempre me acuerdo cuando soñé que era el mismo espacio!!! por eso creo en todo lo que dice esta página!

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