Guardame un Roalico
Un momento feliz en una misa de difuntos.
Me encontraba, junto a mis hermanos, Dori, Loles y Basilio, en la primera bancada de una capilla repleta de familiares y amigos, se celebraba una misa de “cuerpo presente” por Dolores Illescas “Lola” “La Madre Guapa” mi querida madre. Habíamos pasado velando su cuerpo, las últimas 24 horas, acompañados por familiares y amigos. Decidimos que, durante la misa, un músico, interpretará algunas piezas de música adecuada al acto. A nuestra madre le gustaban, especialmente, las canciones de Antonio Machín y le pedimos al artista que, si era posible, incluyera alguna canción de este cantante, a lo que amablemente accedió.Puedo asegurar que esta ha sido, sin duda, la misa mas hermosa a la que he tenido la oportunidad de asistir. El sonido del clarinete, tocado con maestría y sensibilidad, las acertadas palabras del sacerdote, la compañía cariñosa de tantos familiares y amigos, provocaron en mi, y creo que en muchos de quienes asistíamos al acto, un momento de una gran emoción.
Casi al final de la misa, me ocurrió algo que no se muy bien lo que fue ni como explicarlo, sentí como una energía especial me envolvía, una energía amorosa y muy intensa… Entonces lo vi… o lo visualice… o lo imaginé: Eran mi madre y mi padre, juntos, ambos jóvenes y sonrientes, que “asistían” complacidos a esta especialísima despedida. Mi madre se veía como muy emocionada, aunque feliz y sonriente. Mi padre, muy satisfecho y feliz, durante un instante me miró sonriente y sentí claramente su voz diciendo: Gracias hijos… A continuación ambos desaparecieron de mi visión.
Aunque ya durante toda la ceremonia me encontraba muy emocionado, en ese momento rompí a llorar intensamente, no acertaba a explicar lo que me había pasado y un nudo en la garganta dificultaba mi respiración y apenas podía hablar, asi terminé la misa, poco a poco me fui calmando y aunque quería contar lo que me había ocurrido, según pasaba el tiempo quería convencerme de que todo había sido fruto de mi imaginación. No obstante, mis hermanas, sobre todo ellas, intuían que algo me había ocurrido. Aun hoy, 48 horas más tarde, pienso: lo vi, lo imaginé, lo visualice…? De verdad, para mi hay muy poca diferencia, pero tu puedes pensar lo que quieras y, lo que es mas importante, acertarás con lo que pienses.
Lo que si ocurrió, sin duda, es que el pasado lunes, a las siete y media de la tarde, falleció una gran mujer, alegre, cariñosa, trabajadora…, parió y crió a 4 hijos, esposa y madre ejemplar: Dolores Illescas, “Lola”, “La Madre Guapa” mi querida madre.
Mis dos hermanas y mi hermano, que han estado mas cerca de ella en los últimos años, la han cuidado con dedicación y muchísimo amor hasta su último instante. Es para no olvidar, por ejemplo, como Loles, la pequeña de los cuatro, cuando nuestra madre sentía que se ahogaba, que no podía respirar, la abrazaba amorosamente mientras le cantaba las nanas que ella nos cantó tantas veces y como mi madre se tranquilizaba hasta dormirse. O como se turnaban Dori, Basilio y Loles para, entre caricias y un inmenso amor, darle de comer cuando ella ya se negó a tomar nada; y en general con que amor la han cuidado durante estos últimos años. Gracias hermanos, de todo corazón, gracias.
Y pensando en ella quiero recordar estos versos de Vicente Medina, un poeta murciano
GUÁRDAME UN ROALICO
¡Ya escansas!....¡ya duermes,
pa siempre, tranquila!...
Ya pa tí, ni trebajos, ni penas...
Ya, pa tí, ni calinas, ni fríos...
Ya estás al amparo...
¡Dichoso el que pasa bien pronto el camino!
Ya estás ande llega lo mesmo el que corre
que el que va espacico...
¡Ya escansas!... ¡Ya duermes,
pa siempre, tranquila!...
Pa cuando mi cuerpo,
pa no levantarse, se caya rendío...
pa cuando, en mi horica, me llame la tierra,
¡guárdame un roalico!
Allí estaban tal cual los has visto maestro, felices partieron de la mano, hasta otra vida encontraros.
ResponderEliminarUna gran entrada del Blog, me he emocionado.
Abrazo trillado.