Un último pensamiento noble y benevolente antes de dormir propicia un sueño virtuoso

El maestro budista Chökyi Nyima Rinpoche que nació en Tibet en 1951

Cómo prepararnos para dormir, que no es de cualquier manera, es una de las prácticas más beneficiosas que podemos aplicar a nuestra vida. El maestro budista Chökyi Nyima Rinpoche que nació en Tibet en 1951 y ha estudiado desde los 13 años las enseñanzas de diversas tradiciones budistas y que en 1.974 fundó un monasterio del que fue abad, siguiendo las indicaciones de sus maestros, ha viajado desde 1980 por Europa, Estados Unidos y Sudeste Asiático brindando sus enseñanzas a numerosas personas. Es fundador del Rangjung Yeshe Institute for Buddhist Studies y Rangjung Yeshe Publishcations.
Estas son las recomendaciones de Chökyi Nyima Rinpoche:
Justo antes de quedarse dormido siempre hay un pensamiento final. Podemos intentar que ese último pensamiento sea uno noble y benevolente. Si lo hacemos, la cualidad de ese pensamiento puede permear todo nuestro sueño… podemos decir, desde un punto de vista espiritual, que nuestro sueño se vuelve un sueño virtuoso. Si tu último pensamiento es egoísta o hasta hostil, entonces quedarse dormido con eso en la mente satura todo el proceso de sueño con emociones poco sanas. Esto es una idea muy simple, pero es importante. Sin mucha dificultad… podemos asegurarnos de que una parte significativa de nuestra vida se vea saturada de bondad.
De las palabras de este maestro budista podemos deducir que antes de dormir hay que observar con atención nuestra mente porque lo que haya en ella en esos últimos momentos, al final del día, es lo que vamos a poner a trabajar durante toda la noche. Irnos a dormir después de una discusión, de ver las noticias o una película de terror, no es una muy buena idea. Nada mejor que relajarnos y tener pensamientos positivos para dormir placenteramente.
Unos minutos de meditación o una clase de yoga a última hora de la tarde propiciarán dormir bien, estar relajados y en calma, porque muchas veces nuestra mente no descansa debido a pensamientos e ideas que nos hacen sentir tensos y nerviosos. Meditar o rezar nos permite aquietar nuestra mente, reunificarnos y estar en paz con nosotros mismos.
También es recomendable agradecer tu presente. Repasamos nuestro día, pensamos en deudas, en las labores y ocupaciones del día siguiente y nos olvidamos disfrutar el momento y estar realmente presentes. Agradecer, decir la palabra “gracias” es un buen cierre del día y nos abre la puerta al silencio, al descanso, a la relajación previa al sueño.
Publicado por Simón Kindelan  en Interser

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