ALGUNOS MOMENTOS NOS LIBRAMOS DE EL EGO
Como el ego es ficticio, en algunos momentos te libras de él. Como es una ficción, solo puede mantenerse si tú lo mantienes. La ficción requiere un mantenimiento, al contrario que la verdad, y de ahí la belleza de la verdad. Pero una ficción hay que pintarla continuamente, apuntalarla aquí y allá, porque se desmorona sin cesar. Cuando consigues apuntalarla por un lado, empieza a desmo ronarse por el otro. Y eso es lo que hace la gente durante toda su vida, intentar que la ficción parezca la verdad. Si tienes más dinero, puedes tener un ego más grande, un poco más sólido que el de un pobre. El ego del pobre es pequeño; no se puede permitir un ego mayor. Si llegas a primer ministro o presidente de un país, tu ego se hincha al máxi mo y dejas de tener los pies en el suelo. Nuestra vida entera, la búsqueda de dinero, poder, prestigio, esto y lo otro, no es sino la búsqueda de puntales, de apoyos, para mantener la ficción. Y en realidad sabemos que la muerte se aproxima. Haga